El despertador no falla, ni perdona, suena y muy temprano, hay que comenzar el día dispuesto a todo, nunca se sabe lo que te puede deparar este nuevo día que empiza. Un vaso de café con leche es lo primero que entra en el cuerpo para quitarse de encima si aún quedaba algo de sueño.
La primera acción es dirigirse a las diferentes parcelas arrancar los motores de riego, el melón necesita agua y hay que darsela haciendo así la mágica combinación del agua y las altas temperaturas un melón de la mejor calidad posible.
Una vez que tenemos el riego en marcha llegamos al corte, llegamos a la parcela donde están los melones listos para recoger, para cortarlos. En nuestra familia lo hacemos todo de forma tradicional y cuidando al máximo cada uno de los melones que hemo cortado. La cuadrilla esta compuesta por 5 personas, un tractor y un remolque (plataforma). Una persona es el tractorísta y las otras dos a cada lado del remolque son los encargados de recolectar (cortar) los melones que están en su punto justo. En el remolque llevamos palots de plásticos los cuales se llenan del buen melón de la mancha. Los cogemos así para evitar lo que sufre el melón apilándolo, con esto conseguimos que el melón este menos aporraceado, lo que origina que el producto llegue a los mercados en las mejores calidades posibles.
Cuando los palots del remolque están llenos se lleva al "chozo" un lugar donde dejamos los palots a la sombra llenos de melones y volvemos a cargar el remolque de palots vacios para volver a llenarnos cuanto antes. La tarea de subir y bajar los palots la realizamos con un torillo que tenemos enganchado a otro tractor, este torillo nos ahorra muchos esfuerzos físicos, y con él cargamos y descargamos además los camiones de melones.
Un día cogiendo melones de la mancha, melones piel de sapo, es duro, porque hay que buscarlos entre las matas, hay que ir agachados, además de soportar las temperaturas que tenemos en nuestro terreno, que si hace calor de una forma normal, imaginaros la calor que puede hacer al lado de un remolque de chapa en el cual no corre el aire. Es un trabajo duro, pero se realiza porque esta es la única manera de recoger el buen melón que todos los aficionados a esta fruta desean.
Y aunque siempre se dice "en casa de herrero cuchillo de palo" en nuestro caso no es así, porque una buena recompensa es llegar a casa y comerse una buena rebanada de melón fresquito sacado del frigorífico, y acompañado de un buen vino de la mancha, se podria decir que este es el mejor momento del día.
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